viernes, 1 de julio de 2011

Santa Teresa y Vodafón de la mano.

Fecha 01/07/2011
Estamos casi al final de una andadura de casi 6 meses. Andar, lo que se dice andar, no mucho pero os aseguro que dura, fue dura de verdad. No quisiera caer en la monotonía pero nuestros protagonistas siguen al teléfono hablando con todos los departamentos. La horas se suceden y a nuestra protagonista, que es la que más tiempo pasa en casa, tiene el trapecio izquierdo (el músculo) duro como una tapa de alcantarilla. Esto se debe a que sujetando el teléfono con el hombro se puede hacer la cama, tender, planchar, poner la lavadora, cambiar pañales... me comentó confidencialmente que una teleoperadora tuvo el dudoso placer de oír la cisterna. ¡Las llamadas se alargan y la vejiga tiene un límite!
Con la intención de denunciar prueban a solicitar la copia de contrato y acudir a todos los departamentos. Tras ponerse en contacto con el Departamento de Calidad ¡¡¡jejeje!!! (perdón, no puedo evitarlo, es que el nombre es tan absurdo) y presentar la correspondiente reclamación, este departamento les devuelve la llamada pasados un par de días. El resultado fue este:
  • Reconocen que los datos aportados por los clientes son correctos. La televenta ofreció las promociones que se demandan en la reclamación.
  • La televenta se equivocó en varios puntos aplicando tarifas de particulares a empresas.
  • No se puede enviar el contrato porque "no está disponible".
Nuestra protagonista se pone "puntillosa" y les dice que si no existe contrato Vodafón lleva cinco meses cobrando fraudulentamente. Ya se sabe el dicho "no hay mano, no hay galleta". Y como tal se puede proceder a denunciar.
La teleoperadora contesta que eso no es así porque existe un contrato... ¡¡¡AJAJÁ, pillada!!! ¿En qué quedamos, existe o no existe? Sí, sí, existe pero no está disponible y no se le puede enviar.
Y así dejamos a nuestra sufridora cliente, con el teléfono en la mano y la boca abierta que le da una expresión de incredulidad o de iluminada mística. Y es que el asunto tiene su lado espiritual: El contrato existe pero no existe; te lo envío pero no te lo envío; la promoción existe pero no te la aplico. Así deja a nuestros pacientes usuarios viviendo sin vivir (como la santa) porque se pasan el día al teléfono reclamando.
No os aburro más y os emplazo para otro día. Ya queda poco para el final.

CONTINUARÁ...

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